Año 2001: los empresarios de Mos arrancan al entonces conselleiro José Cuíña el compromiso de construir un polígono en el municipio. Casi una década después: las firmas continúan esperando por metros cuadrados que les garanticen servicios y accesibilidad mientras sobreviven dispersas entre las casas. Nueve años transcurridos y el escenario ha cambiado poco en la práctica. Sí lo ha hecho sobre el papel, donde existen dos millones de metros cuadrados listos para desarrollarse y suplir las carencias del sur de la provincia. Los primeros, los 800.000 del polígono de A Veigadaña, que prometían ser un balón de oxígeno.

La anterior Xunta fechaba en finales del 2009 su puesta en marcha pero, pese a que los trabajos están supuestamente terminados, no está funcionando. El nuevo Gobierno asegura que no proyectaron el vial de acceso, motivo por el cual no se cumplen los plazos del bipartito, aunque ellos tampoco dan nuevas fechas. Los otros 1,2 millones de metros están ideados entre Mos y Redondela, pero en este caso los avances han sido muy escasos, según denuncian desde la oposición local.
En sus comienzos la demanda de suelo recogida por la asociación Aemos apuntaba a que más de 300 firmas locales necesitaban espacio para crecer. La situación económica y los precios que alcanzó el suelo provocaron que muchas terminaran desistiendo, aunque otras perseveraron en su intento por desarrollarse, con poco éxito hasta ahora. Por áreas, el sector del transporte era el que más metros cuadrados demandaba, seguido del comercio al por mayor, el metal, la construcción o la automoción, según había recogido Aemos en un informe. Estas necesidades fueron el arma conjunta que usaron empresarios y gobierno local desde el 2003 para reclamar la creación del polígono, unido claro a los problemas de convivencia que generaban las naves al estar dispersas por todos los rincones del municipio. Pese a que existen puntos de mayor concentración industrial, como Montefaquiña, Peinador, Amieirolongo o Puxeiros. En total existen asentadas en Mos más de un millar de firmas de todos los ámbitos.