Está previsto construir siete nuevos centros donde tendrán preferencia los empleados

 

Son poco más tarde de las once de la mañana. Un grupo de niños de menos de tres años juegan en una de las salas de la escuela infantil Galiña Azul que hay en el polígono del Tambre, en Santiago. Uno de los pequeños tiende piezas de ropa en una cuerda colocada a modo de tendal sobre unas cajas de fruta donde almacenan ropa. Otros pilotan un coche de juguete por la estancia y los hay que tratan de asomarse a la ventana de una pequeña casa de juguete hecha a escala.

Las horas de mañana son las más animadas en la escuela. «Abrimos de oito a sete da tarde este curso, pero é neste tramo da mañá cando hai máis demanda. Aquí no polígono sempre foi nesas horas. Temos medias xornadas de tarde, pero para o curso novo que empeza en setembro de momento só hai dúas solicitudes para estar ata as 19.00 horas», explica Pilar López, la directora del centro.

Cada alumno puede estar hasta ocho horas diarias, de lunes a viernes. Lo normal es que estén una media de cinco o seis, «pero nalgún caso extraordinario de que non cheguen para recollelos ao saír do traballo poden pedir nove ou incluso unha máis», añade Pilar. No es extraño que vengan a recogerlos abuelos o algún otro familiar.

Aunque está ubicada en el polígono del Tambre, solo la mitad de los beneficiarios son trabajadores de esa zona empresarial o de la cercana Costa Vella. La directora revisa los números: de los 56 matriculados este año, 25 son hijos de empleados de empresas de esos dos polígonos.

Los criterios

La razón que puede explicar ese porcentaje es que entre los criterios de entrada todavía prima estar empadronado en Santiago sobre venir a trabajar al polígono desde Padrón, por ejemplo. «Hai pais que preguntan e temos que explicarlles que puntúa primeiro estar empadroado no concello e logo nos municipios do lado», dice.

Algo parecido ocurre en las otras cuatro guarderías sostenidas con fondos públicos que hay en otros tantos polígonos gallegos. Además de la Galiña Azul del Tambre, hay otras dos escuelas que dependen del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar en las áreas del polígono de Valadares, en Vigo, y en el de Lalín.

Junto a ellas hay otros dos centros municipales en los concellos de Ordes, en la provincia de A Coruña, y San Cibrao das Viñas, Ourense. Al repasar los documentos que hay que presentar para pedir plaza en una de estas dos últimas, ninguna pide nada que certifique que se trabaja en el polígono, pero en cambio requieren un certificado de empadronamiento.

Para tratar de cambiar el paso contribuyendo a la conciliación real de sus trabajadores varios colectivos empresariales, con el apoyo económico de la Consellería de Política Social, prevén poner en marcha siete escuelas infantiles donde el criterio de entrada prime ya a los trabajadores. La idea es que estén abiertas el 31 de diciembre del 2017, pero de momento no está definido todavía dónde van a ser. La idea es que la Xunta aporte 2,7 millones de euros para construirlas o habilitarlas, pero luego cada una será explotada por el colectivo beneficiario, que también aportará fondos para poder ejecutarla.

La construcción de escuelas infantiles en los polígonos es una de las grandes demandas de las empresas. «En O Porriño, por ejemplo, no hay ninguna ni en A Granxa, ni en As Gándaras. Por eso nos alegra la idea de que se hagan», dice el secretario xeral del colectivo gallego de Parques Empresariales, David Sobral. Ahora solo queda saber dónde abrirá cada una.

Las empresas prefieren dar ayudas para pagar la escuela a montar una

Las escuelas infantiles de empresa no son habituales en Galicia. Quizá porque el tejido empresarial de la comunidad está compuesto fundamentalmente por pymes a las que no resultaría rentable abrir una escuela infantil propia para sus trabajadores. 

Fuentes relacionadas con los procesos de negociación colectiva dicen que, en líneas generales, las empresas lo que prefieran hacer es dar ayudas para el pago de la escuela infantil, pero no abren su propia guardería. De hecho, de los convenios suscritos durante el 2014, catorce incluían ayudas para el pago de ese servicio.

Otra cosa es que colectivos de empresa o asociaciones como los que gestionan los polígonos gallegos unan ahora sus manos para abrir unos centros de este tipo que realmente tengan jornadas hechas a medida de sus empleados. Porque uno de los problemas de la conciliación en Galicia es el número de horas extra que hacen los empleados para completar sus salarios, tal y como explican esas fuentes. De ahí que sus jornadas no vayan ajustadas a las de las escuelas. 

 

 http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2016/04/18/guarderias-poligonos-priman-empadronados-trabajadores/0003_201604G18P4992.htm

Federación Galega de Parques Empresariais Centro de Servicios de A Granxa, 1º, oficina 3. 36400 PORRIÑO (Pontevedra) Teléfono: 986 33 92 48. Fax: 986 33 46 89 E-mail: info@fegape.org
Copyright © 2010 - Aviso legal
rss