A favor de la Comunidad, el nivel de desarrollo de la economía gallega frente a la portuguesa sigue pesando

 

Portugal sigue siendo para las empresas gallegas un buen nicho donde refugiarse. Empresarios a uno y al otro lado del Miño coinciden en que ha sabido favorecer entornos de mejora competitiva y generar oportunidades de negocio animando así a las compañías españolas no solo a hacer negocios con sus homólogas lusas, sino a instalarse en su territorio. La apertura de una empresa en el vecino país continúa siendo «más fácil, más rápido y más económico», destaca a ABC Antonio Viñal, de Antonio Viñal & Co. Abogados y representante en Galicia de la Cámara de Comercio Hispano Portuguesa. A esta reflexión, Luis Ceia, presidente de la Confederación de empresarios del Alto Miño y de la Asociación de Viana, añade la apuesta de los alcaldes del norte portugués de ofrecer paquetes a medida, «un trato más personalizado», dependiendo de la actividad. «Desde la ubicación e instalación, hasta la puesta en marcha se les pone a disposición un servicio complementario de asesoramiento, gestión y acompañamiento», indica.

Extremo, este último, que confirma el director general de Ozona Consulting, Ramón Ares. Este grupo formado por 70 profesionales y con sede en Santiago, que proporciona sus servicios en el ámbito de las tecnologías de la información, lleva años operando en Portugal. Una decisión que le reporta 4 de los 10 millones de euros que factura al año. Sus inicios en Lisboa no fueron fáciles debido a la rigidez del sistema bancario portugués, reconoce, pero «tampoco existían iniciativas públicas que ahora sí facilitan el acceso a este mercado a través del apoyo en distintos ámbitos:financiero, informativo, logístico...».

Y son precisamente a estas facilidades a las que se refiere Viñal a la hora de marcar la diferencia entre los atractivos de un país frente al otro. Habla con conocimiento de causa, pues en su haber cuenta con una larga nómina de sociedades a las que asesora en su apertura al mercado luso, y añade entre las ventajas competitivas no solo los precios del suelo industrial, sino de la vivienda. Además, recuerda que, a la hora de instalarse en un país, «los costes tienen un impacto inmediato, y los laborales marcan una importante diferencia entre España y Portugal».

Ventajas fiscales

Buena muestra de ello es la clasificación que de forma periódica ofrecen los rankings del Banco Mundial y que miden el entorno regulatorio más favorable para la creación y operación de una empresa en las diferentes economías mundiales. La última correspondiente al pasado mes de junio en cuanto al inicio de una actividad sitúa a Portugal en el puesto 13 frente a la plaza 82 que asigna a España.

Las medidas fiscales aplicadas en Portugal con rebajas progresivas en el impuesto de sociedades y el tipo único sobre la Renta de las Personas Físicas hacen, según Viñal, que «las empresas gallegas miren con buenos ojos establecerse en Portugal».

«Hay que generar un clima interesante si lo que queremos es atraer capital inversor y frenar la fuga de empresas hacia otros lugares», apunta Luis Novoa, presidente de Sogarpo y Grupo Dafer (auxiliar de la automoción). Así, añade a las cargas fiscales y a la política laboral a las que apuntaba Viñal, otras dos patas que considera fundamentales a la hora de iniciar una inversión, las infraestructuras a nivel logístico y la formación de la mano de obra, más especializada en Galicia que en Portugal, una vez que el grifo del crédito parece mejorar.

En este sentido, Ceia, de la Confederación de empresarios del Alto Miño, reconoce que si bien Portugal ha sido alabado por su red de infraestructuras viarias con una planificación acorde al crecimiento de los parques industriales, la calificación de la mano de obra sigue siendo una asignatura pendiente. Con todo, algunas empresas han sabido hacer de esta debilidad una fortaleza. El coste de una trabajador luso frente a un gallego es mucho menor:600 euros frente a 1.000, ponen como ejemplo algunos de los empresarios con los que ha podido hablar este periódico. La mano de obra especializada estaría, no obstante, al mismo nivel de costes.

Suelo industrial

 

Otra de las razones del goteo de empresas gallegas hacia Portugal en la última década ha tenido mucho que ver con los precios del suelo industrial.Mientras que en el país vecino se ofertaba suelo a 8 euros el metro cuadrado, en Vigo se disparaba hasta los 200, como así ocurría en el 2009. Una situación que desde la Xunta han sabido contrarrestar en los últimos años y, tal y como indica, José Mañas Gómez, presidente de la Asociación de Empresarios de Mos (Aemos), «afortunadamente se están empezando a dar cuenta de que se debe hacer algo más. El concienciarse de la marcha de empresas a Portugal ya es importante». Extremo sobre el que también incide el empresario luso Ceia, quien apunta que los espacios empresariales en Portugal ya no son tan abundantes y que si hace años la mayor parte del 40 por ciento del capital español instalado era gallego hoy es mucho menor.

Conjuntamente el IGVS y la empresa pública Xestur en Galicia ofrecen más de 2,8 millones de metros cuadrados de suelo con reducción de precios, entre un 25 y un 50%. Además, el Gobierno gallego acaba de anunciar que impulsará la concesión del derecho de superficie, una opción similar al alquiler con derecho a compra, que permitirá ocupar suelo de titularidad autonómica a un precio muy ventajoso, a cambio de un canon anual que estará entre 38 céntimos y 2,28 euros por metro cuadrado. Una vía que ya se aplica en Portugal y con la que la Xunta espera frenar la deslocalización.

Medida esta última que tanto desde Aemos como desde la Federación Gallega de Parques Empresariales valoran como alternativa a abaratar el precio de venta. «Lo importante es que la administración no se quede parada»,señala el secretario general de la Fegape, David Sobral. Ambas llaman la atención sobre la importancia de la ubicación de los parques y coinciden en que hay municipios gallegos en los que existe un desajuste entre la oferta y la demanda que es preciso atender. «Hay zonas en las que falta suelo y otras en las que sobra», señala Sobral.

No comparten desde la Fegape ni desde Aemos, sin embargo, que Portugal sea más atractivo para invertir. «Aunque los precios de suelo y los salarios son más baratos, sigue siendo más atractivo invertir en Galicia», defiende Sobral, para añadir que «la economía portuguesa no tiene la competitividad ni el nivel desarrollo que tiene la gallega».

En este sentido, Mañas añade que «las ayudas a las industrias vienen casi todas de la Comunidad Europea, pero el sistema burocrático portugués hace que se atrasen mucho. Una parte de las empresas que se han instalado en Portugal lo han pensado para crecer en el país vecino manteniendo desde allí su mercado en Galicia».

Pero el coste del suelo no es el único hándicap que encuentran las empresas y potenciales inversores a la hora de establecerse en una localización determinada. Ponen el acento en la cantidad de metros necesarios, las ayudas y la legislación que les sea de aplicación. Eso sí, todos defienden que «una empresa funcionando es un generador de riqueza allí donde esté».

http://www.abc.es/espana/galicia/abci-invertir-galicia-invertir-portugal-201511151055_noticia.html

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