Teresa Pisano (Gijón, 1960) es licenciada en Derecho y forma parte del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado. Casada y con tres hijos, este mes cumplió un año al frente de Zona Franca. Antes dirigió la Agencia Tributaria en Galicia tras una larga trayectoria en Barcelona, Madrid, Asturias y Extremadura. Al mes de ser nombrada se mudó a la ciudad, y transcurrido su primer año al frente de Zona Franca se declara “viguesa de adopción”. Teresa Pisano, primera mujer que ocupa el cargo de delegada del Consorcio estatal, ha vivido doce meses “muy intensos”. La inversión en operaciones empresariales ha sido su prioridad, y su postura reacia a destinar fondos a obras urbanas al defender que no es el fin del organismo le ha granjeado un conflicto con el alcalde, Abel Caballero. Ella asegura que fue una discrepancia “puntual”, aunque la relación se queda en “cordial”. Pausada en el diálogo, comedida en las respuestas, Pisano hace balance.
–¿Ve “brotes verdes” en la economía de Vigo y su área?
–Es un momento complicado en el que hay que sujetar las riendas muy fuerte, pero los sectores productivos están en la búsqueda de la oportunidad. Percibo síntomas y ánimo, algo que es básico. Espero que se consolide.
–Acaba de aprobar el Presupuesto de 2010, ¿es inversor?
–Sí, está en las cifras de este año. Queremos acelerar las inversiones del parque empresarial de Matamá, las 40 naves de Porto do Molle, las ampliaciones del Parque Tecnológico (PTL) y Balaídos, y el Puerto Seco (Plisan). Y es muy importante el Centro de Iniciativas Empresariales para dar impulso al carácter emprendedor vigués. También analizamos la posibilidad de un edificio de oficinas en Alcalde Portanet.
–La demanda de suelo ha caído, y se nota en Porto do Molle. ¿Son necesarios ahora todos los parques?
–Porto do Molle tiene más empresas censadas que las que están instaladas en A Granxa, con la misma superficie. Aún así, no nos preocupa si existe o no demanda. Creemos que la hay, pero queremos acelerar las inversiones. El bache pasará, y para entonces estaremos en las condiciones perfectas para atraer inversión.
–¿El Puerto Seco es la actuación clave para el futuro?
–La clave es generar suelo. Hemos vivido una época de actividad económica intensa, pero sufrimos un estrangulamiento terrible. Empresas que querían localizarse en el sur de Galicia no podían. Lo solucionaremos.
–¿La ampliación de Citroën está aparcada por la crisis?
–¿Por qué? Balaídos, Matamá y PTL forman un gran núcleo. Citroën está, como el resto de los sectores productivos, cambiando las velas para coger buena ráfaga de aires. Tenemos presupuesto para los estudios de cartografía de la ampliación, y estamos trabajando, pero no podemos correr más.
–¿Le siguen transmitiendo su interés en esa obra?
–Tenemos muchísima relación y está dentro de sus planes.
–La mayor inversión es para el parque de Matamá, ¿en qué estado está?
–Hemos terminado la identificación de las 1.500 fincas, un trabajo espectacular, y a finales de septiembre queremos entregar el Plan Parcial. Vamos a velocidad de crucero.
–Allí se proyectaba la Ciudad del Frío, ¿lo van a especializar?
-Hay un millón de metros cuadrados, y se dará preferencia a las empresas de Beiramar para que se trasladen si quieren. Aunque así sea no ocupan más de 15%. Habrá lugar para todo.
–El alcalde reclama a Zona Franca obras en la ciudad, y usted promueve operaciones empresariales.
–Zona Franca está vinculada al desarrollo económico e industrial, porque eso genera desarrollo social. Porto do Molle es un ejemplo. El suelo empresarial va de la mano de un conjunto de actuaciones paralelas, como espacios verdes, de ocio y deportivos.
–¿Sus relaciones con el alcalde han mejorado tras llegarse a un acuerdo que permite reparar la ETEA?
–El Consorcio y el Concello colaboran de manera intensa y a diario. El hecho de que en un momento puntual pueda producirse una discrepancia no significa que haya mala relación. Tenemos muchos proyectos en común.
–¿Cómo es esa relación?
–Cordial. Nunca tuve el sentimiento de que haya sido mala. Sí hubo una diferencia, pero no pasa nada. Es un desacuerdo puntual.
–¿Se considera una mujer con carácter fuerte?
–Dicen que sí, pero me gusta sumar esfuerzos y buscar soluciones. Mi criterio es el de que ganemos todos. Y por tanto todos debemos estar dispuestos a hacer concesiones.
–En sus primeros meses de gestión ha tenido poco protagonismo público. Ahora su figura se ha hecho más visible, sobre todo tras el concurrido acto de presentación de los nuevos proyectos de Porto do Molle.
–Nunca pretendí ser invisible, porque para mí es importantísimo que la ciudadanía vea las actuaciones de Zona Franca. La delegada está ahí, y un proyecto de 40 naves y 38,8 millones de inversión bien merecen un acto de presentación como ese.
–La transformación de Guixar, donde Zona Franca tiene una buena porción de suelo, es una operación urbanística. ¿Va a participar?
–Zona Franca tiene un 21% del ámbito, y estamos buscando la mejor fórmula de gestión y viabilidad. ¿Por qué no vamos a participar? Hay centros de iniciativas empresariales que pueden desarrollarse allí. Es una actuación que no está en los presupuestos de 2010. Hay que estudiarlo más a fondo, pero buscamos fórmulas.
–¿Ha sido un alivio desprenderse de la ETEA y recuperar los 30 millones que costó su compra?
–Cuando yo llegué Zona Franca tenía un proyecto para la ETEA. Después surgió uno nuevo, de instalaciones científicas, y lo único que pretendimos fue facilitar que se haga ese proyecto con la única condición de que los fondos de promoción de Vigo se recuperasen. Así será, y aceptamos además que sea a muy largo plazo, porque el retorno se realizará en muchas anualidades. Ésa fue la única solución.
–¿Ikea se instalará en alguno de los parques empresariales que promueve el Consorcio?
–Sus representantes han venido a interesarse en todos nuestros proyectos. Se los hemos enseñado, y les dimos la información que nos solicitaron. Ahora lo están estudiando y veremos lo que deciden.
–Cuando llegó al cargo hace un año, ¿qué situación financiera se encontró en Zona Franca?
–Me encontré unas cuentas saneadas. La cuota del Impuesto de Sociedades es muy importante, y la invertimos de inmediato en la creación de suelo industrial y en edificios tecnológicos. Los presupuestos de 2010 no contemplan ese recurso, y la filosofía del Consorcio es la contención de todo el gasto que no sea inversión productiva, y la aceleración de la productiva. Los recursos que estamos invirtiendo volverán.
–¿No cree que en etapas anteriores se gestionó el dinero de Zona Franca de forma alegre? La Fiscalía ha abierto diligencias por presuntas irregularidades contables.
–Son tiempos que yo no he vivido y creo que no sería serio que los analizase. Lo que tengo claro es lo que estamos haciendo, y hay una situación financiera saneada.
–Haga autocrítica. ¿En qué se ha equivocado?
–Mi teoría es que el que trabaja se equivoca seguro, pero siempre buscando mejorar.
