Los trabajadores de Pocomaco sufren problemas de tráfico casi a diario y, al igual que la asociación de empresarios, advierten de las graves consecuencias que tendrá la apertura del espacio industrial de Vío si éste no dispone de sus propios accesos por carretera.

Los empleados de empresas y almacenes aseguran que, en las horas punta, resulta muy complicado atravesar el polígono en menos de quince minutos -algunos dicen haber tardado hasta media hora- y temen compartir el vial que utilizan a diario -ya demasiado saturado- con más conductores.

Los que pasan varias horas al día en Pocomaco recurren a la historia para justificar su preocupación. Casi todos los trabajadores recuerdan el aumento en el número de coches que propició la ocupación de las viviendas de Novo Mesoiro, cuyos vecinos son usuarios asiduos de una rotonda, la de entrada al polígono, que se ha convertido en una fuente inagotable de atascos y problemas circulatorios.

Los empleados, aunque reconocen que el tránsito de los habitantes de Novo Mesoiro no es la única causa de las retenciones, critican que el Ayuntamiento haya dado el visto bueno a una zona residencial que carece de conexiones viales adecuadas. Todos ellos confiesan su preocupación por que el Gobierno local repita el mismo error con el polígono de Vío.

Los más veteranos añaden que Pocomaco no está ni siquiera preparado para recibir a los vehículos de los trabajadores y clientes del polígono, pues afirman que las infraestructuras que existen en la zona fueron planificadas para albergar únicamente instalaciones industriales y no puntos de venta como los que existen actualmente en algunas naves.

La mayoría de los atascos, como ocurre en casi todos los viales que dan servicio a un elevado número de vehículos, coinciden con los horarios de entrada y salida de las empresas. Los empleados describen como "un auténtico infierno" el estado de la circulación alrededor de las nueve de la mañana y no dudan en hablar del "caos" que impera en los accesos al polígono a las siete de la tarde.

El tráfico motiva numerosas infracciones del código de circulación, pues algunos de los conductores no dudan en combatir los problemas con técnicas que, como mínimo, resultan poco ortodoxas. Camiones atravesados en la calzada mientras intentan maniobrar, coches estacionados en los arcenes y peatones que se atreven a cruzar en puntos donde no existe un paso de cebra forman parte del paisaje de Pocomaco.

La medida que proponen los trabajadores para impedir que todos estos problemas empeoren a causa de la inauguración del polígono de Vío es la misma que han sugerido los empresarios: retrasar el inicio de la actividad en el espacio industrial hasta que exista un enlace con la carretera que conectará el puerto exterior con la tercera ronda.

Sin esta obra, los que acudan al nuevo polígono deberán elegir entre acceder al mismo por Pocomaco o dar un rodeo por Arteixo, utilizando un desvío ubicado a la altura del lugar de Quinto Pino que pasa por encima de la autopista que une A Coruña y Carballo.

La entrada a Vío desde Pocomaco es una pista de tierra paralela a la vía férrea por la que transitan actualmente los vehículos empleados en las obras.