«Unha marabilla». El presidente de la asociación de empresarios del polígono de Vilalba, Jesús Sardiña, se mostraba ayer, después de la apertura del último tramo de la autovía, muy satisfecho de ese acontecimiento y muy confiado en las repercusiones de esa entrada en servicio. «Isto é unha riqueza», afirmó el presidente de la patronal, que acudió a la inauguración.
Las ventajas que puede conseguir Vilalba con la conclusión de la AG-64 tienen que ver, en opinión de Sardiña, con el comercio y los servicios y con la actividad económica relacionada con el polígono. «Hai que aproveitar iso», subrayó.
Las iniciativas que desarrollen el sector privado y el público son necesarias con la nueva infraestructura, que por sí sola no supondrá un crecimiento automático. «Depende de nós directamente», declaró.
Con un polígono que queda a unos dos kilómetros de la AG-64, el principal objetivo que persigue la patronal de Sete Pontes en los últimos tiempos es la construcción de un acceso directo desde la autovía del Cantábrico (A-8). Los empresarios sostienen que ese enlace es necesario para la viabilidad futura del polígono, e incluso la corporación, en un pleno de hace meses, llegó a aprobar una propuesta de apoyo a esa petición.
Aunque no se ha dado por ahora una solución concreta, una de las ideas comentadas en los últimos meses para resolver esa carencia apunta a la construcción de una vía de servicio que enlace la A-8 con el polígono.
